CULTURA DE LA CARNE – Antonio Prieto, presidente de ASICI (Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico), nos invita a conocer más sobre el mundo del jamón ibérico, un producto que representa la esencia de la gastronomía española y cuya calidad se distingue por su sistema de etiquetado por colores.
“El jamón ibérico no es solo un alimento, es cultura, tradición y excelencia”, afirma Prieto. España es el único país donde se produce este manjar con denominación de origen, gracias a un proceso de crianza y curación que puede durar años. La alimentación del cerdo, su origen y el tiempo de maduración determinan su calidad y sabor, lo que lo convierte en un producto único en el mundo.
Para los consumidores, comprender el sistema de etiquetas de colores es fundamental para elegir correctamente. La norma del jamón ibérico establece cuatro categorías:
- Etiqueta negra: Jamón 100% ibérico de bellota, la máxima calidad, procedente de cerdos criados en libertad y alimentados exclusivamente con bellotas.
- Etiqueta roja: Jamón ibérico de bellota, con un porcentaje de cruce con otras razas, pero aún criado en montanera.
- Etiqueta verde: Jamón ibérico de cebo de campo, de cerdos alimentados con piensos y pastos naturales en libertad.
- Etiqueta blanca: Jamón ibérico de cebo, proveniente de cerdos criados en granjas con alimentación a base de piensos.
“El sistema de colores ayuda al consumidor a saber exactamente qué está comprando y a valorar la trazabilidad del producto”, explica Prieto. Gracias a estas etiquetas, es más fácil identificar la procedencia del jamón y garantizar su autenticidad.
Además de su importancia gastronómica, el jamón ibérico es un motor económico para muchas regiones de España, generando empleo y fomentando el turismo gastronómico. Las dehesas donde se crían los cerdos ibéricos son ecosistemas únicos, cuya conservación depende en gran medida de esta industria.
El presidente de ASICI insiste en la necesidad de seguir protegiendo y promocionando el jamón ibérico en los mercados internacionales. “Cada vez más países lo valoran como un producto gourmet, pero debemos seguir educando al consumidor sobre su calidad y diferencias”, señala.
En definitiva, el jamón ibérico es mucho más que un alimento: es un símbolo de la gastronomía española, una tradición centenaria que sigue evolucionando sin perder su esencia. “Si vas a elegir un jamón, elige siempre ibérico. Porque elegir ibérico es elegir calidad, historia y sabor”, concluye Prieto.